Estas Galletas de Jengibre y Melaza Suaves y Masticables son todo lo que deseas en un dulce navideño; llenas de jengibre cálido, canela y clavos, son muy fáciles de hacer, increíblemente suaves y perfectamente masticables. ¡No podrás comer solo una!
¿Buscas la galleta perfecta para las fiestas que combine especias cálidas, un sabor rico a melaza y una textura tan suave y masticable que casi se derrite en tu boca? ¡No busques más! Estas Galletas de Jengibre y Melaza Suaves y Masticables son la respuesta. Con sabores acogedores como el jengibre, la canela y los clavos, esta receta es perfecta para tu listado de repostería navideña o cada vez que anheles un toque de confort. Además, se mantienen frescas durante días, lo que las hace ideales para intercambios de galletas, regalos navideños o simplemente para disfrutar con una taza de té caliente.
Recientemente, presenté esta receta en mi Guía Definitiva de Preparación de Galletas Navideñas para el Winnipeg Sun. Ya sea que te estés preparando para un intercambio festivo o desees llenar tu hogar con el acogedor aroma de la repostería, estas galletas merecen un lugar en tu lista de dulces navideños.
Ingredientes de la receta
- Harina de trigo para todo uso: Forma la base de las galletas, asegurando que mantengan su forma mientras permanecen suaves. Para la medida más precisa, usa el método de cuchara y nivel.
- Bicarbonato de sodio: Este agente leudante esencial ayuda a que las galletas suban y crea esas clásicas superficies agrietadas.
- Jengibre molido, canela, clavos, nuez moscada: La mezcla de especias añade calidez y profundidad al sabor.
- Sal: Equilibra la dulzura y realza las especias.
- Mantequilla sin sal: La clave para galletas suaves y masticables con ese rico sabor a mantequilla. ¿Honestamente, hay algo que la mantequilla no pueda hacer?
- Azúcar moreno claro y azúcar granulada: ¡Un dúo dulce soñador! El azúcar moreno mantiene las galletas húmedas, mientras que el azúcar granulada añade estructura y la cantidad justa de dulzura.
- Melaza sin sulfuro de calidad: ¡No podemos olvidar la melaza! Clave para ese sabor profundo y rico, justo el toque adecuado de dulzura sin amargor.
- Huevo: Usa un huevo grande a temperatura ambiente. Si el huevo está demasiado frío, puede hacer que la mantequilla se endurezca y evitar una mezcla uniforme, así que dejarlo calentar asegura una masa más suave y consistente.
- Extracto de vainilla puro: Un chorrito de vainilla es como el polvo de hadas de la repostería; realza el cálido y acogedor sabor y une todo.
- Azúcar granulada (para enrollar): Cubre las galletas, añadiendo un toque de crujido y un hermoso brillo.

Instrucciones paso a paso
Paso Uno: En un bol mediano, bate juntos la harina, el bicarbonato de sodio, el jengibre, la canela, los clavos, la nuez moscada y la sal. Reserva esta mezcla seca.
Paso Dos: En un bol grande, usa una batidora de mano para batir la mantequilla ablandada, el azúcar moreno claro y el azúcar granulada a alta velocidad hasta que la mezcla esté cremosa y bien combinada (aproximadamente 2 minutos).
Paso Tres: Agrega la melaza a la mezcla de mantequilla y azúcar y bate hasta que esté completamente incorporada. Luego, agrega el huevo y el extracto de vainilla, batiendo hasta combinar. Raspa los lados del bol para asegurar una mezcla uniforme.

Paso Cuatro: A baja velocidad, agrega gradualmente los ingredientes secos a los húmedos, mezclando solo hasta combinar. La masa será un poco pegajosa. Cubre la masa bien con film transparente y refrigera durante 2 horas (o hasta 2-3 días para un sabor más intenso).
Paso Cinco: Precalienta el horno a 180°C y coloca dos bandejas grandes para hornear con papel pergamino.
Paso Seis: Retira la masa del refrigerador. Si ha estado refrigerada por más de 2 horas, déjala reposar a temperatura ambiente durante unos 30 minutos. Saca 3 cucharadas de masa para cada galleta y forma bolas.

Paso Siete: Reboza cada bola de masa en azúcar granulada y colócala en las bandejas para hornear, dejando aproximadamente 8 cm de espacio entre cada galleta. Presiona suavemente la parte superior de las bolas de masa.


Paso Ocho: Hornea las galletas durante 11–12 minutos o hasta que los bordes estén firmes y las partes superiores aparezcan agrietadas. Si las partes superiores no se agrietan, retira la bandeja y golpéala suavemente sobre la mesa 2–3 veces antes de regresar al horno durante un par de minutos más de horneado.
Paso Nueve: Deja enfriar las galletas en la bandeja para hornear durante 5 minutos antes de transferirlas a una rejilla para que se enfríen completamente.


Preguntas frecuentes
Lo mejor es usar melaza sin sulfitos, ya que la melaza negra tiene un sabor más robusto y ligeramente amargo que puede opacar la dulzura de las galletas.
Si bien algunos pueden sugerir usar jarabe de arce, jarabe de caña o jarabe de sorgo como sustitutos, nada se compara realmente con el sabor único de la melaza. Afortunadamente, la melaza está ampliamente disponible en la mayoría de los supermercados y tiene una larga vida útil, así que es fácil tenerla a mano para todas tus necesidades de repostería.
La melaza añade humedad a los productos horneados, haciendo que estas galletas sean extra suaves y asegurando que permanezcan masticables por más tiempo.
Aunque comparten sabores similares, la clave de la diferencia radica en su textura. Las galletas de melaza son suaves, húmedas y masticables, gracias a la humedad adicional de la melaza. Por otro lado, las galletas de jengibre son crujientes, secas y conocidas por su característico “crack” al romperse.
¡Definitivamente! Añadir jengibre cristalizado picado le da a las galletas un toque extra de jengibre y una agradable textura masticable.
Si tus galletas se extendieron demasiado, probablemente la masa estaba demasiado caliente o no tenía suficiente harina. Enfriar la masa durante al menos 30 minutos ayuda a compactar la mantequilla, reduciendo la expansión. Asegúrate de medir tu harina con precisión para garantizar que la masa tenga la consistencia adecuada.
Consejos de expertos para perfectas galletas de jengibre y melaza suaves y masticables
- Refrigera la masa: Este paso es esencial para evitar una expansión excesiva y lograr esa textura característica masticable.
- Hornea con mantequilla: Opta por mantequilla en lugar de manteca. Aunque muchas recetas de galletas de jengibre y melaza piden manteca, considero que usar mantequilla realza el sabor y resulta en galletas aún más suaves. ¡Además, el sabor es insuperable!
- No hornees de más: Las galletas deben verse firmes en los bordes pero aún suaves en el centro. Continuarán horneándose ligeramente mientras se enfrían.
- Ingredientes a temperatura ambiente: Asegúrate de que el huevo y la mantequilla estén a temperatura ambiente para una mezcla uniforme y la mejor textura.

Variaciones y combinaciones
- Añadir más jengibre: Para un toque extra y un toque de textura, prueba mezclar un poco de jengibre cristalizado picado. Mejora el sabor a jengibre y añade un crujido encantador.
- Decora tus galletas: Un glaseado ligero drizzado por encima puede ser una deliciosa adición. Si te sientes indulgente, unta una capa de glaseado de queso crema para un acabado rico y decadente.
- Sugerencia de maridaje: Combina estas galletas con té especiado o chocolate caliente para un regalo aún más acogedor.
Almacenamiento y congelación
Cómo almacenar: Estas galletas se mantendrán frescas hasta por 1 semana cuando estén cubiertas y guardadas a temperatura ambiente.
Cómo congelar: Tanto las galletas horneadas como las bolas de masa sin hornear pueden congelarse hasta por 3 meses.
- Para masa sin hornear: Forma bolas con la masa, cúbrelas de azúcar y colócalas en una bandeja para hornear para congelarlas hasta que estén sólidas. Transfiere las bolas de masa congeladas a un recipiente apto para el congelador.
- Horneando desde congeladas: Hornea directamente desde congeladas, añadiendo 1-2 minutos extra al tiempo de horneado.
Consejo profesional: ¡Estas galletas son aún mejores al día siguiente! Se vuelven más suaves y los sabores se mezclan maravillosamente después de un tiempo de reposo. Para extra suavidad, intenta añadir una rodaja de pan al recipiente de almacenamiento con las galletas: ¡ayuda a mantenerlas húmedas!
Si buscas más recetas de galletas navideñas, ¡tengo lo que necesitas! Echa un vistazo a algunas de mis favoritas a continuación para mantener tus ánimos de repostería en alto:
- Galletas de azúcar clásicas con glaseado fácil
- Rollos de canela
- Pastel de calabaza con glaseado de crema de queso
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Receta de Galletas de Jengibre y Melaza Suaves y Masticables
Ingredientes
- 2 ¼ tazas harina de trigo para todo uso cuchara y nivel
- 2 cucharaditas bicarbonato de sodio
- 2 cucharaditas jengibre molido
- 1 ½ cucharaditas canela molida
- 1/4 cucharadita clavos molidos
- 1/4 cucharadita nuez moscada molida
- 1/4 cucharadita sal
- 3/4 taza (12 cucharadas) mantequilla sin sal ablandada a temperatura ambiente
- 1/2 taza azúcar moreno claro
- 1/4 taza azúcar granulada blanca
- 1/3 taza melaza sin sulfuro no usar melaza negra
- 1 grande huevo a temperatura ambiente
- 1 cucharada extracto de vainilla puro
- 1/3 taza o más azúcar granulada blanca para enrollar
Instrucciones
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Mezclar los ingredientes secos: En un bol, bate juntos la harina, el bicarbonato de sodio, el jengibre, la canela, los clavos, la nuez moscada y la sal hasta que estén bien combinados. Reserva.
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Crema la mantequilla y los azúcares: En un bol grande, usa una batidora de mano a alta velocidad para batir la mantequilla, el azúcar granulada y el azúcar moreno juntos hasta que estén cremosos y bien combinados, aproximadamente 2 minutos. Agrega la melaza y mezcla hasta que esté completamente incorporada.
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Agregar el huevo y la vainilla: Bate el huevo y el extracto de vainilla hasta que estén completamente combinados, aproximadamente 1 minuto. Haz una pausa para raspar los lados y el fondo del bol según sea necesario.
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Combina los ingredientes húmedos y secos: A baja velocidad, mezcla gradualmente los ingredientes secos en los húmedos hasta que estén solo combinados. La masa será ligeramente pegajosa. Cúbrela bien con film plástico y refrigera durante al menos 2 horas o hasta 2-3 días.
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Precalienta el horno: Precalienta tu horno a 180°C. Forra dos bandejas grandes para hornear con papel pergamino y resérvalas.
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Prepara la masa: Retira la masa de galletas del refrigerador. Si ha estado refrigerada por más de 2 horas, déjala reposar a temperatura ambiente durante unos 30 minutos antes de formar bolas y hornear.
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Da forma a la masa: Después de enfriar, saca 3 cucharadas de masa para galletas y forma bolas. Un gran cucharón de 3 cucharadas es ideal para medir antes de dar forma a cada porción en una bola.
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Cubrir y organizar: Reboza cada bola de masa en un pequeño bol de azúcar, luego colócalas a 8 cm de distancia en una bandeja para hornear forrada de papel pergamino. Presiona suavemente la parte superior de las bolas para aplanarlas ligeramente.
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Hornea las galletas: hornea durante 11–12 minutos, o hasta que los bordes estén firmes y las partes superiores estén infladas con grietas. Como los hornos varían, comienza a revisar a los 11 minutos. Si las partes superiores no se agrietan como se esperaba, retira cuidadosamente la bandeja de hornear del horno y golpéala en la mesa 2–3 veces para fomentar la extensión y el agrietamiento. Regresa las galletas al horno durante el último minuto o dos de horneado.
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Enfría las galletas: Retira las galletas del horno y déjalas enfriar en la bandeja para hornear durante 5 minutos. Luego, transfiérelas a una rejilla para que se enfríen completamente.
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Guarda las galletas en un recipiente hermético a temperatura ambiente durante hasta 1 semana.